¡Bienvenidos al boletín número 13 de Vientos de Asia! Para quienes están recién recibiendo estos mails: éste es un boletín que envío cada 15 días, sobre cultura asiática y noticias de Asia Oriental.
Mi idea original para este número de Vientos de Asia era seguir con la segunda parte sobre los baños en Asia, pero los Premios Nobel entregados la semana pasada ameritan que hablemos de ellos. Aquí les cuento sobre Han Kang, quien fue reconocida con el premio Nobel de Literatura, y sobre la agrupación Nihon Hidankyo, la Confederación Japonesa de Organizaciones de Víctimas de las Bombas A y H (bombas atómicas), quienes recibieron el Nobel de la Paz.
Los Nobel miran a oriente
El pasado jueves 10 de octubre se anunció que la ganadora del premio Nobel de Literatura 2024 era Han Kang, escritora coreana de 53 años. Una noticia que me sorprendió y me alegró en partes iguales. Es que Han Kang no estaba entre las favoritas para ganar el premio, principalmente porque los suecos tienden a reconocer a escritores de más edad. De hecho, entre las favoritas para este año estaba Can Xue, escritora china de 71 años, lo que también hubiese puesto el foco en Asia. En fin, la ganadora es Han Kang, la primera mujer asiática en ganar este premio y la primera coreana también. Corea del Sur sólo contaba con un Nobel de La Paz antes de ese jueves.
No quiero explayarme en temas que ya han salido en todos los medios y en todos los idiomas posibles. Por mi parte, leí La Clase de Griego, que recomendé también en este boletín, que me encantó. Y tengo pendiente su obra más conocida, La Vegetariana, que me espera en mi Kindle. Espero que con este premio se traduzcan más de sus libros y que bajen algo sus precios, que ya están caros al ser importados a Chile. Sobre todo de Actos Humanos, su libro más “político”.
Y es que Han Kang es una autora con opinión, no militante, pero claramente con ideas progresistas. En Actos Humanos toca la violencia con la que la dictadura que gobernaba en ese tiempo en Corea del Sur sofocó las protestas por la democracia en la ciudad de Gwangju, conocidas como la masacre de Gwangju y también como el Movimiento Democrático de Gwangju, ocurrido en mayo de 1980. En el libro cuenta algunas de las historia de las víctimas de este alzamiento popular, que se estima que dejó entre mil a dos mil muertos en manifestaciones.
Las protestas en Gwangju son todavía un tema controvertido en Corea, aunque hay cierto consenso en lo terrible que fue la matanza. Pero todavía hay quienes creen el montaje que en esos años hizo el gobierno dictatorial para tergiversar las cifras de víctimas fatales y culpar a supuestos espías comunistas de Corea del Norte de las manifestaciones. Finalmente, estas protestas fueron el inicio del fin de la dictadura en Corea, ya que impulsaron que los coreanos se organizaran para exigir un sistema democrático.
Esto me recuerda a las protestas que hubo en Chile en los ochentas, que se enfrentaron a la dictadura militar de Pinochet por volver a la democracia. No es el único tema en que Han Kang coincide con América Latina, ya sea con autores que cita o con hechos que nos son tan familiares.
En La Clase de Griego y en La Vegetariana, Han Kang toca otros temas relacionados al cuerpo femenino, a los sentidos, a la soberanía sobre el cuerpo propio y al machismo en la sociedad coreana, entre otros. Quizás ambos libros están relacionados, porque hablan mucho del cuerpo, sensaciones, olores, sabores, pero también cómo lo habitamos, qué decidimos hacer con él y cómo otros deciden sobre nuestros cuerpos. Yo diría que son feministas, en el sentido no de hacer proselitismo, sino en ser narraciones que hablan sobre el cuerpo femenino y sobre perderse, de alguna manera, en el camino a ser “buenas esposas” o “buenas mujeres”. Las protagonistas fracasaron, y esos fracasos tienen que ver con expectativas que otros ponen en ellas, principalmente hombres.
Gracias a estas posturas, Han Kang formó parte de una “lista negra” de libros que el gobierno de la presidenta Park Geun-hye decidió instaurar en el Ministerio de Cultura de Corea. Esto implicó que quienes constituían esta lista no recibieran fondos públicos ni sus obras fuesen distribuidas en escuelas y bibliotecas. Bueno, pero al más puro estilo “¡mirá de quien te burlaste, Barney!”, Park Geun-hye terminó siendo destituida por soborno y corrupción y Han Kang ganando un Nobel.
Otra señal del pensamiento político y profundamente humano, diría yo, de Han Kang, es su decisión de no celebrar el premio mientras decenas de personas y niños mueren en Palestina y en Ucrania. Su padre, el escritor Han Seung-won, salió a dar estas declaraciones a nombre de su hija.
"Me dijo que con las guerras intensificándose y tanta gente muriendo cada día, ¿Cómo podíamos hacer una celebración o una rueda de prensa?", agregó Han.
Tema aparte es que la prosa de Han Kang es muy bella. Tiene una sutileza, una manera de narrar imágenes y sensaciones muy elegante y directa a la vez.
Por último, volviendo al tema con Latinoamérica, en el inicio de La Clase de Griego comienza hablando del argentino Jorge Luis Borges y su ceguera:
Borges le pidió a María Kodama que grabara en su lápida la frase «Él tomó su espada, y colocó el metal desnudo entre los dos». Kodama, la hermosa y joven mujer de ascendencia japonesa que fuera su secretaria, se casó con Borges cuando este tenía ochenta y siete años y compartió los últimos tres meses de la vida del escritor. Ella fue quien lo acompañó en su tránsito postrero, que acaeció en Ginebra, la ciudad donde el escritor pasó su infancia y donde deseaba ser enterrado.Un crítico escribió en su libro que esa breve frase grabada en su lápida representaba «el filo acerado». Sostenía que esa imagen era la llave que permitía el acceso a la obra de Borges, que esa espada separaba la literatura realista anterior de la escritura borgiana. A mí, en cambio, me sonó más a una confesión personal y callada. La breve frase es la cita de un antiguo poema épico nórdico. La primera y asimismo última vez que un hombre y una mujer pasaron juntos la noche, una espada colocada sobre el lecho separó a ambos hasta la madrugada. ¿Qué otra cosa pudo ser ese «filo acerado», sino la ceguera que aquejó a Borges en sus últimos años y lo aisló del mundo?.
Muchos creen que el hecho de que el premio Nobel de Literatura haya ido a una mujer coreana se relaciona con que Corea del Sur y Asia oriental estarían “de moda”. Puede ser, sin embargo, también refleja el interés del mundo “occidental” por el arte asiático, que ahora es cada vez más accesible para quienes no conocen el idioma. Hay más traducciones y más interés del público por leer historias de ese lado del mundo. Por otra parte, el mundo sigue cambiando, China se alza como una hegemonía económica y este cambio en el poder mundial implica que el arte y la industria cultural asiática comienza a generar interés, por su riqueza, diversidad de temas y miradas.
A la vez, éstos países han reforzado su interés por exportar su cultura y disputar espacios en el arte,- desde hace unos años dominado por Estados Unidos y antes por Europa-, incluso con subvenciones estatales de por medio.
Gracias a este premio, todos los ojos están puestos en Corea del Sur y su literatura. Los libros de Han Kang se han agotado no sólo en su país, sino también en librerías de otros países y hasta de BuscaLibre en Chile, donde Actos Humanos está sin stock. Aunque no es el primer Nobel de Literatura de Asia, esta vez parece ser diferente a lo que pasó con Yasunari Kawabata y Kenzaburo Oé, ambos japoneses que recibieron el mismo reconocimiento. Esta vez veo a la industria editorial más atenta a los autores asiáticos, hambrienta de traducir textos y preocupada en hacer un buen trabajo.
Nihon Hidankyo. Foto de AFP/JIJI/Japan Times.
El pasado 11 de octubre, un día después del anuncio del Nobel de Literatura, se le concedió en Nobel de la Paz a la agrupación japonesa Nihon Hidankyo, una ONG fundada por sobrevivientes de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, que buscan concientizar sobre el uso de las bombas nucleares.
“Los hibakusha nos ayudan a describir lo indescriptible, a pensar lo impensable y a comprender de algún modo el incomprensible dolor y sufrimiento que causan las armas nucleares”, dijo Jorgen Watne Frydnes, presidente del Comité Noruego del Nobel, durante su anuncio el viernes.
Es conmovedor ver el video en vivo de cuando Nihon Hidankyo recibe la noticia de este reconocimiento. La emoción evidente de los ancianos sobrevivientes de las bombas, junto a jóvenes que también pertenecen a la organización, pasa a transformarse en reflexiones y humildad ante un premio que pensaron que sería “para aquellos que trabajan en Palestina”.
“En Gaza están abrazando a niños empapados en sangre. Tras la guerra, muchos niños quedaron huérfanos por las bombas atómicas, el mismo sufrimiento que el de los niños de Gaza”, declaró Toshiyuki Mimaki, copresidente de la ONG.
Los suecos, premiando a esta organización, vuelven a alertarnos sobre la importancia de evitar a toda costa el uso de armas nucleares, que volvieron a sonar en bocas de líderes mundiales en Rusia y en Corea del Norte. Pero también ponen los ojos en los activistas asiáticos, en sus luchas y preocupaciones.
Va ser interesante ver los efectos de ambos premios en la Literatura y en el activismo mundial. En medio de conflictos bélicos inhumanos, las preocupaciones de las sociedades asiáticas, como los derechos humanos, el feminismo, la soberanía del cuerpo, la paz y el miedo a las bombas atómicas, son también las preocupaciones de todo un planeta.
Tres recomendaciones
1.- A propósito de la bomba atómica, en la pasada Primavera del Libro en Santiago compré Flores de Verano, de Tamiki Hara, lanzado en Chile por Editorial Telúrica. El autor estaba en Hiroshima ese 6 de agosto de 1945, cuando Estados Unidos hizo estallar la bomba sobre esa ciudad. Tuvo suerte de estar un poco más alejado del lugar del impacto, pero presenció con horror los efectos de la radiación.
La experiencia la plasmó en este libro, que aún no me atrevo a leer. Pero si les interesa el tema, este texto es uno de los más referenciados sobre lo que ocurrió ese día en Hiroshima. Está disponible en BuscaLibre y en la web de la editorial.
2.- Aunque el tema de la controversia de una de las empresas más grandes de K-pop en Corea, Hybe, con su filial, Ador, derivó en la salida de la CEO de Ador de la empresa, los conflictos aún no terminan. Tras ese suceso, el grupo estrella de Ador y uno de los más exitosos del último tiempo, New Jeans, pidió la vuelta de la CEO de Ador para continuar sus actividades y acusó de prácticas de maltrato laboral a Hybe. Este es un tema delicado, porque cuando debutaron como agrupación, dos de las cincos chicas del grupo eran menores de edad.
El escándalo pasó los límites de la prensa de espectáculos y saltó a la política. Las acusaciones de las integrantes de New Jeans fueron tan serias que terminaron siendo citadas, junto con un representante de Hybe, a la Cámara de Representantes de Corea del Sur, en donde se debatió sobre malas prácticas laborales en la industria del K-pop. De parte de New Jeans asistió Hanni, una de las integrantes, quien incluso lloró durante su exposición.
Yo creo que este tema va a seguir en la palestra y es probable que incluso le cueste la carrera a New Jeans, pero a la vez, es importante y valiente lo que están haciendo. Les dejo un video que resume lo que dijo Hanni ante el parlamento.
3.- La Decisión de Partir es la última película del director Park Chan-Wook, del año 2022. El director coreano se hizo conocido mundialmente por su película Oldboy, pero en su último film se aleja de la venganza y de la violencia, para acercarse a una extraña historia de investigación y amor. Está disponible en Amazon Prime Video.
Panoramas
Para la 43° Feria Internacional del Libro de Santiago (Filsa) 2024, el país invitado es China. Se va a desarrollar en la Estación Mapocho entre el 8 al 17 de noviembre.
Sigue la exposición de obras del artistas chileno José Venturelli en la Biblioteca Nacional en Santiago. Venturelli vivió en China y muchas de sus obras están relacionadas a lo que vivió y vio en el gigante asiático. La muestra tiene entrada liberada y durará hasta el 30 de octubre.